Somos creyentes de la idea de que el conocimiento no es algo que se transfiere de un experto a un estudiante de forma unilateral, sino que se construye a través de la interacción social y la reflexión crítica. Los estudiantes pueden aprender de sus compañeros y también pueden mejorar su propio aprendizaje al explicar sus ideas a los demás y recibir retroalimentación constructiva.
Cuando una persona sorda se siente empoderada, tiene un mayor sentido de control sobre su vida y su entorno. Esto le permite tomar decisiones informadas y actuar de manera autónoma en su vida diaria.
Además, el empoderamiento puede fomentar la participación activa en la sociedad, lo que puede ayudar a reducir la discriminación y mejorar el acceso a oportunidades en diversos ámbitos.